jueves, 26 de septiembre de 2013

VALORACIONES:



La parte más importante de un concepto es su valoración. En este caso, trata sobre las ventajas y los inconvenientes de los tres tipos de agricultura que hemos visto: ecológica, tradicional e intensiva.
Las agricultura intensiva es el punto más polémico de este asunto. Es un tipo de agricultura a gran escala y se practica en casi todo el planeta, incluidos los países subdesarrollados, que son aprovechados por las multinacionales para ser explotados a bajo coste. Este tipo de agricultura, frente a las ventajas que tiene, como la enorme productividad, presenta muchos inconvenientes. Como hemos dicho antes, el uso masivo de productos tóxicos no solo contamina el suelo, convirtiéndolo a largo plazo en tierra yerma, sino que hace que las plagas se hagan más resistentes, por lo que requiere un incremento continuo del uso de estas sustancias. Este sistema tiene como fin obtener la mayor productividad posible, sin tener en cuenta los daños que genera para ello. Además de la contaminación y el agotamiento del suelo, está el nivel de explotación de muchas multinacionales, como hemos dicho antes, en los países subdesarrollados, haciendo que las compañías capitalistas obtengan un beneficio extraordinario, sin tener en cuenta los daños que generan a los trabajadores y las economías de dichos países, que cada vez empobrecen más.


Para no alargarnos mucho, hablaremos ahora de la agricultura ecológica. Siempre que hablamos de productos ecológicos se nos viene a la mente el sonido de las monedas. Y es que los productos ecológicos son de los más caros del mercado. Sin embargo, esto no es culpa del productor, que muchas veces es minorista, sino de las autoridades. Si se invirtiera menos dinero en agricultura ecológica y, en cambio, se gastara en I+D para hacer los cultivos ecológicos más rentables, los productos ecológicos podrían estar al alcance de un mayor número de personas. Fuera de este inconveniente, la agricultura ecológica tiene múltiples ventajas. Es más aconsejable para la salud, porque en ella no se utilizan organismos genéticamente modificados, o transgénicos, ni los alimentos llevan tantos plaguicidas, pesticidas o productos fitofarmacéuticos, productos tóxicos, todos ellos para nuestra salud. Sin embargo, parece que nuestro organismo ya se ha acostumbrado a estos productos, pues con ellos se elaboran la mayoría de los productos elaborados del mercado, valga la redundancia.


La agricultura ecológica no tiene porqué ser costosa a pequeña escala. Podemos aplicar desde la propia vida cotidiana, esos sencillos cultivos urbanos tradicionales y convertirlos en ecológicos, creando nuestros propios abonos y con otras prácticas que acaban resultando más baratas que las técnicas de cultivo intensivas.



En este curso vamos a comprobarlo con el trabajo que realizaremos en el huerto ecológico.

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