Hoy, tras realizar las medidas, hemos podido plantar en el invernadero tres plantitas de sandía. Estas plantas no son del todo normales: son injertos que nos llevamos del semillero de Níjar al que visitamos el lunes pasado. Tienen un pie de calabaza para resistir a las enfermedades. A la calabaza se quitan las hojas y se le injerta con una pinza roja uno de los cotiledones de la sandía. Así crece el injerto resistente a las enfermedades.
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